domingo, 30 de mayo de 2010

Lo que me está creciendo dentro otra vez...

Hay veces que no soy tan mala. Me entran ganas de estudiar, de pedir perdón, de ayudar a los demás y de ser fiel a mi misma. Son cosas que cuando era muy jovencita, una adolescente, me importaban muchísimo pero que ahora se han transformado en cosas banales. Eran cualidades de mí que le encantaban a la gente. Podía sentirlo: todos me creían especial por esas cosas tan pequeñitas.

Quizás siga conservando esas mismas ansias de vivir, pero ahora soy más vieja (aunque solo tenga 21 años) y se que esas cosas son fáciles de conseguir. Lo que no es tan fácil es elegir un camino y seguirlo y a veces incluso construirlo. No basta con hacer como que estudias después de tomar el café de las cuatro, ni con salir con tus amigos aunque estés pensando unicamente en ti misma. Al igual que te lo pasas bien cuando estás con ellos porque estás compartiendo muchos sentimientos y emociones con ellos también debes comunicarte con los apuntes e intentar comprenderlos como haces cuando escuchas a un amigo. No se si mis apuntes son buenos amigos o no pero debo agarrarme a ellos como a un clavo ardiendo: son la única posibilidad que tengo de aprobar al fin y al cabo. A partir de ahora voy a intentar pensar en mis apuntes como esos amigos que guardo en albumes de fotos. Creo que no cambia tanto al fin y al cabo que estén guardados en una carpeta del ordenador o de mi estantería no? Y todos acabareis en mi cabeza...

En cuanto a lo de perdonar... Creo que en este mundo hay personas que al igual que no merece la pena invitarles a una ceremonia religiosa, a una presentación de un libro o a una obra de teatro que no van a entender también hay personas que no entienden ciertas situaciones porque son muy superficiales. Yo no quiero personas a mi lado que dicen ser tus amigos y que luego no saben ayudar. Es como ir a misa y ponerse a hablar en mi opinión. Es una falta de educación y de calidad humana. Yo no podría ir a misa en tirantes al igual que tampoco podría hacer cosas tan enrevesadas como alguna gente piensa que puedo.

No seré perfecta pero nunca he sido mala. Yo soy una brujita buena y nunca podré desearle el mal a nadie. Hay cosas que me fastidian pero supongo que como a todo el mundo. Seré cabezona pero no malvada como otra gente. Quienes me conocen bien saben lo que soy y no otras personas que creen conocerme y no saben nada de mi. A esas personas yo no les debo nada ni siquiera un perdón. Son esas personas las que me lo deben por haberme destrozado la vida que tenía allí. Ahora es muy normal que no quiera volver a ese sitio en el que mi miedo se ha gestado.

¿Acaso tu, lector, volverías a una casa del terror? Eso es para mí ese lugar. Podría haber intentado superar ese miedo pero por una vez me apetecía quedarme ahí sola con mi miedo bien lejano o al menos intentando alejarlo de mí. No puedo volver a esa escuela. Me gustaría ser como algunos de mis amigos que superan estas cosas enfrentandose a ellas pero ahora ya no es tiempo ni hora de pensarlo. Solo quiero ser una buena chica y ahora he encontrado una forma de volver a serlo. Espero las consecuencias de mis actos y las asumiré. Estoy creciéndome con todo esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario